Memoria de las Rapadas

YO SOY: Memoria de las rapadas es una producción del 2017 de los artistas de actuaciones en vivo Art al Quadrat, que se definen a sí mismos como “artistas [que son] gemelos, mujeres y madres.” En su intervención Art al Quadrat llama la atención al público contemporáneo sobre la práctica de afeitar la cabeza a las mujeres, que fue practicada a menudo por los franquistas contra las mujeres republicanas en la retaguardia durante la guerra civil. Esta violencia incluía a veces la violación, forzar a las mujeres a recorrer desnudas el pueblo, hacerles beber aceite de castor u otros productos químicos domésticos a modo de purgante. Estos actos públicos se desarrollaban con frecuencia en medio de un aire carnavalesco, que incluía música y canciones. El objetivo era avergonzar y humillar no solo a las mujeres sino también señalar la impotencia de sus familiares masculinos y femeninos que no podían protegerlas. De este modo el cuerpo de las mujeres se convertía en un campo de batalla donde la conquista franquista quedaba marcada.

El rapado forzoso de las mujeres, que ha ocurrido en muchas retaguardias distintas, es una forma de fracturar la integridad de los individuos. Presenta a las víctimas como desviadas, confirmando en el caso de la Guerra Civil española, la supuesta no feminidad de las llamadas “rojas.” También implica a la comunidad en los rituales de humillación, llevándole el terror a su seno. En un trabajo previo, Dualidad, de 2003, Art al Quadrat exploraba la identidad gemela enfocada en mechones de cabello entrelazados. También se han centrado de forma consistente en su trabajo en la violencia de género y las estructuras que reprimen y oprimen a las mujeres. Recuperar la memoria de las rapadas de la Guerra Civil española representa un paso lógico en su trabajo y conecta la memoria histórica con preocupaciones contemporáneas sobre justicia social.

La representación YO SOY: Memoria de las rapadas tuvo lugar en Sagunto, Valencia, el 5 de noviembre de 2017. Las artistas no solo personaron el ritual de la humillación de las mujeres rapándose sus propias cabezas, sino que también pidieron mechones de pelo a los espectadores para crear una reconstrucción simbólica de una cabeza colectiva hecha de cabellos. En la imagen, una mujer anciana ofrece un mechón de cabello con este propósito. Los cabellos recolectados fueron recogidos en una trenza de un kilómetro de larga desplegada en el Museo Valenciá de la Il·lulstació i de la Modernitat (MUVIM) en 2018. La naturaleza dolorosa de visitar pasados traumáticos en evidente en la fotografía, pero la capacidad poderosa del arte para establecer conexiones que reparen emocionalmente a través del tiempo y de generaciones afirma una visión de futuro que incorpora a la historia sin estar determinada por ella.