Ataques a refugiados
Repository: Osler Library, McGill University, Montreal, Canada
Creator: Bethune, Norman, 1890-1939
Creator: Sise, Hazen 1906-1974
Contributor: Publicaciones Iberia
Source:
Fond or Collection
Norman Bethune Collection
Reference Code
P156-11-3, File 3
Date Created: 1937
Type: Pamphlets
Extent: 1 item
La guerra creó un ingente número de refugiados internos. La conquista por los rebeldes de territorios controlados por la República y las noticias de la represión que se llevaba a cabo impulsó a hasta 3 millones de personas a huir buscando lugares seguros. Recibir a estos refugiados causó aún más problemas a las autoridades Republicanas, que ya se estaban esforzando para alimentar a la población. El avance rebelde hacia Madrid en el verano de 1936 forzó a mucha gente a escaparse de Extremadura, Andalucía y Toledo. Había muchos pueblos en los que más de la mitad de la población se marchó. Madrid, su destino, pronto se encontró desbordado por unos 500.000 refugiados.
A principios de noviembre, con los rebeldes a las puertas de Madrid, el Gobierno se trasladó a Valencia, dejando a la Junta de Defensa de Madrid encargada de la capital. Esta Junta empezó a organizar la evacuación de la ciudad. En febrero de 1937, la Consejería de Evacuación, en colaboración con la Cruz Roja, Socorro Rojo Internacional, y los sindicatos y partidos políticos, ya había trasladado a unas 450.000 personas a otros lugares del territorio republicano, sobre todo a las provincias de Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona y Gerona.
Antes de la conquista de Cataluña en 1939, el mayor flujo de refugiados ocurrió en febrero de 1937. El asalto franquista a Málaga, que empezó el 3 de febrero, causó un éxodo masivo de civiles conocido como la Desbandá. Después de meses escuchando los terroríficos discursos radiofónicos del General Queipo de Llano y recibiendo noticias escalofriantes de la represión rebelde en otros lugares, unos 150.000 personas, en su mayor partes niños y mujeres, se echaron a la carretera de la costa para andar los 200 kilómetros a Almería. Durante cinco días, les atacaron tanques, artillería, barcos y aviones rebeldes, alemanes e italianos. Estos ataques siguieron incluso después de que los refugiados llegasen a Almería. Murieron por lo menos 5.000 personas.
El único testimonio visual de este crimen de guerra son las fotografías sacadas por Hazen Sise, que trabajó en el Servicio Canadiense de Transfusiones de Sangre dirigido por el médico Norman Bethune. Sise y Bethune estaban camino a Málaga cuando se enteraron del éxodo y pasaron tres días llevando a los refugiados a Almería en su ambulancia. Bethune incluyó las fotos de su colega en el librito El crimen en la Carretera Málaga-Almería que se publicó poco después.