Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura

Entre el 21 y el 25 de junio de 1935 se celebraba el Primer Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la cultura en el Palacio de la Mutualidad de Paris. Una de las resoluciones de ese congreso fue la creación de una Asociación Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (AIDC). Respondiendo a los acuerdos adoptados pronto se creó la AIDC española. En junio de 1936 se reunía en Londres el Secretariado General de la AIDC internacional con la intervención de André Malraux, George Sadoul, Ernst Toller, Derek Kahn e Ilya Erenburg y la presencia de los españoles Ricardo Baeza y José Bergamín, que propusieron realizar el segundo congreso en Madrid. Pero el traslado del Gobierno de Madrid a Valencia en noviembre de 1936 hizo que el Congreso se inaugurase finalmente en Valencia, en la Sala de Sesiones del Ayuntamiento, bajo la presidencia de Juan Negrín. 

Entre los más de cien intelectuales  que participaron en la sesiones estuvieron los franceses Louis Aragon, Julien Benda, André Malraux, (rumano de origen) Tristan Tzara; los alemanes Bertol Brecht y María Osten; la inglesa Silvia Towsend Warner; los soviéticos Ilya Ehrenburg, Mikhaïl Koltzov, Alexis Tolstoi; el  holandés Johan Brouwer; el belga Denis Marion; el danés Karin Michaelis; el noruego Nordhal Grieg; el suizo Charles F. Vaucher; el italiano Nicola Potenza; el portugués Jaime Cortesao; el búlgaro Kristu Beleff; el chino Se-u; el norteamericano Malcolm Cowley; el mejicano Octavio Paz; los cubanos Alejo Carpentier y Nicolás Guillem; el peruano Cesar Vallejo; el argentino Cayetano Córdoba; el chileno Pablo Neruda; el costarricense Vicente Sáenz y los escritores españoles Rafael Alberti, Corpus Barga, María Teresa León, Antonio Machado y Ramón J. Sender. 

La defensa de la cultura frente al fascismo fue invocada a lo largo de todas las sesiones como un elemento de identidad contra la destrucción y la barbarie, en un contexto en el que se estaban produciendo hechos terribles como el asesinato de García Lorca o el bombardeo de Guernica. 

El congreso tuvo una gran difusión. Hora de España realizó un monográfico incluyendo la ponencia colectiva de los escritores españoles, también lo hizo la revista Nueva Cultura dedicándole un amplio reportaje con un texto introductorio de Juan Renau, La inteligencia del mundo con España. No fue casual, ni mucho menos, que en la madrugada del 4 de julio, fecha en la que se inauguró el congreso con la obra de Federico García Lorca Mariana Pineda, en el teatro Principal de Valencia, la Avizione Legionaria diera su particular bienvenida a la inteligencia, con el bombardeo de la capital valenciana.