Los “Catalanes de Burgos”
Repository: Documentación privada de José María Fontana Tarrats
Source:
VSCW contributor: JMT
Date Created: 1938-07-18
Type: Photograph
Extent: 1 item
41.65213, -4.72856
La mayor parte de los catalanes que lograron salir de Cataluña durante los primeros meses de la guerra por mar o, posteriormente, a través de los Pirineos o de deserciones, acabaron estableciéndose en la España “nacional”. Al ser la capital de ésta la ciudad de Burgos, han sido denominados “Catalanes de Burgos”, si bien la mayor parte de la colonia catalana refugiada se estableció en San Sebastián, Zaragoza, Sevilla, Palma y otras ciudades, incluyendo Burgos. Mayoritariamente católicos y conservadores, colaboraron en el esfuerzo de guerra ocupando cargos en la administración, creando negocios o encuadrándose en el ejército o en las milicias.
Políticamente, reconstituyeron las versiones regionales de las dos únicas fuerzas permitidas por el Régimen -la fascista Falange Española de las JONS y la monárquica tradicionalista y ultracatólica y carlista Comunión Tradicionalista-, creando unidades combatientes -como la Primera Centuria Virgen de Montserrat y el Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, respectivamente, que tendrían actuaciones destacadas, especialmente la segunda-, así como secciones femeninas, juveniles, de asistencia, etc. Los falangistas crearon también un semanario –“DESTINO. Política de unidad”- que tendría en la postguerra y ya desvinculado del partido, una larga vida.
Por su parte, los catalanes pro-Franco que permanecieron durante toda la guerra en el exterior, colaboraron igualmente en el esfuerzo de guerra “nacional”, aportando cuantiosos fondos, avalando créditos, evitando que la República consiguiese otros, o realizando labores de propaganda, con iniciativas como “Radio Verdad” o la revista “Occident”. Destacaron en todos estos campos personajes catalanistas del partido -prohibido en la España “nacional”- Lliga Catalana, como los financieros Francesc Cambó y Joan Ventosa i Calvell, y el publicista Joan Estelrich, entre otros.
Inicialmente y de manera contraria a lo que ocurría en el conjunto de la zona “nacional”, los carlistas catalanes atrajeron -gracias a su catolicismo y foralismo- más adhesiones entre los refugiados que los falangistas -como ya ocurría en Cataluña antes de la guerra. De los falangistas se sospechaba su, presunto, revolucionarismo fascista y su ultranacionalismo españolista. Sin embargo, los falangistas catalanes aprovecharían la creación del partido único del Régimen, Falange Española Tradicionalista y de las JONS a raíz del Decreto de Unificación del 19 de abril de 1937, mediante el cual Franco incautó las dos organizaciones y se erigió en Jefe Nacional, adoptando el programa de la Falange originaria y favoreciendo a los falangistas en la dirección, para convertirse en los representantes del partido para Cataluña, marginando a los carlistas.
Consecuentemente, al iniciarse la conquista de Cataluña en marzo/abril de 1938 y ocuparse partes de las provincias de Lérida y de Tarragona, los primeros jefes provinciales del partido sobre el terreno fueron personas procedentes de FE (la persona que aparece en la imagen, el reusense José María Fontana Tarrats, fue el designado para Tarragona). Y lo mismo ocurrió al ocuparse Barcelona en enero de 1939. Tan sólo en Gerona se nombró un jefe de procedencia carlista, por poco tiempo.
Al terminar la guerra en Cataluña y al mismo tiempo que 460.000 personas pasaban la frontera francesa -de los que unos 300.000 regresarían durante el mismo 1939-, los miles de “Catalanes de Burgos”, en un número muy inferior aunque no cuantificado -tal vez 40 o 50.000- regresaban al Principado o eran progresivamente desmovilizados.