El pacto de Santoña
Repository: Sabino Arana Fundazio, Bilbao, Spain
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Source: Sabino Arana Fundazioa/Fundación Sabino Arana: AJP-004/125
Date Created: 1937-08-26
Type: Photograph
Extent: 1 item
43.44497, -3.45593
En la imagen vemos a soldados del Ejército vasco en el puerto de Santoña (Cantabria) el 26 de agosto de 1937, antes de entregarse al Ejército italiano. La fotografía refleja la rendición de los gudaris en el marco del denominado pacto de Santoña.
Tras la caída de Bilbao en manos franquistas el 19 de junio de 1937, los batallones del Ejército vasco se replegaron hacia Cantabria. En ese contexto, dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) negociaron con la Italia fascista, aliada de Franco, una paz separada del Ejército vasco, al margen del Gobierno de la República. El dirigente peneuvista Juan de Ajuriaguerra, auxiliado principalmente por el sacerdote Alberto Onaindia, dirigió las negociaciones por parte de los nacionalistas vascos. Según lo acordado a mediados de agosto con los mandos italianos, los batallones vascos debían entregarse a los italianos, simulando una derrota militar, antes del 24 de agosto en la zona de Laredo y Santoña (Cantabria). A cambio de ello, el Ejército italiano se comprometía a tratar a las tropas rendidas como prisioneros de guerra custodiados por Italia, garantizando la vida de los gudaris y evitando que fueran obligados a luchar con el ejército de Franco. Además, se permitiría la evacuación, en barcos que debía fletar el Gobierno vasco, de los responsables políticos y militares del Ejército vasco. Finalmente, el 26 de agosto los batallones vascos, que desde días anteriores se habían ido agrupando en torno al puerto de Santoña —como muestra la fotografía—, se rindieron ante los italianos. Se estima que se entregaron unos 15 batallones, la mayoría nacionalistas, pero también algunos de izquierdas, con más de 10.000 soldados.
El pacto de Santoña se saldó con un rotundo fracaso para los nacionalistas vascos y no fue cumplido por los italianos. Por un lado, los dirigentes abertzales no consiguieron organizar la rendición de los batallones ni la evacuación de los responsables y población civil en el plazo acordado, por lo que los italianos se sintieron liberados del acuerdo. Por otro lado, Franco se negó a aceptar las condiciones pactadas entre los mandos italianos y los dirigentes nacionalistas. Inicialmente, los miembros del Ejército vasco y responsables políticos quedaron bajo custodia del Ejército italiano en el penal del Dueso (Santoña). Sin embargo, pocos días después Franco exigió a los italianos la entrega de los presos vascos y el 4 de septiembre los franquistas se hicieron cargo de ellos. Con ello se iniciaron también los juicios sumarísimos, las condenas a muerte y, finalmente, el 15 de octubre de 1937, los primeros fusilamientos. Juan Ajuriaguerra, el principal dirigente nacionalista que había negociado el Pacto de Santoña, también fue hecho prisionero y condenado a muerte, aunque finalmente su pena fue conmutada.
FMR / UB / MJV