Los archivos de la represión
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La fotografía muestra el archivo de la Dirección General de Seguridad a mediados de los años cincuenta.
Los archivos generados por las distintas jurisdicciones punitivas y de las instituciones encargadas de vigilancia y seguridad del Estado fueron piezas fundamentales del sistema coercitivo que permitió el control social de la población entre el golpe de Estado de 1936 hasta su crepúsculo en verano de 1977.
El mantenimiento del orden público estuvo, en última instancia, siempre bajo el mando del general Franco. La Ley Orgánica del Estado de 1967 sancionó de manera definitiva esta atribución que aquél ya tenía desde 1936. No en vano uno de los primeros archivos especializados en la represión estuvo bajo su dominio directo. Este fue el famoso Archivo de Salamanca donde la documentación incautada a los partidos y organizaciones ligadas al Frente Popular y de apoyo a la República y sociedades masónicas fue concentrada, clasificada y puesta a disposición de los distintos tribunales represores, la policía política y la Guardia Civil. Es un archivo enorme. Por poner tan sólo unos ejemplos, la documentación incautada en Madrid ascendió a 7.500 kg y el fichero de individuos registrados en el fichero Político-Social tuvo 1.300.000 fichas.
Salamanca no fue la única ciudad donde el Estado de sublevado concentró documentación para fines represivos. La Auditoría del Ejército de Ocupación, ubicada en Zaragoza, generó un fichero, que denomino de criminalidad, con 573.198 referencias sobre personas y cuyo duplicado, a modo de copia de seguridad, se ubicó también en Salamanca.
Tras la guerra, la dictadura terminó por fijar una estructura de vigilancia y seguridad con la Dirección General de Seguridad, la Guardia Civil y el Servicio de Información e Investigación de Falange. De hecho, la creación y la rápida implantación del Documento Nacional de Identidad en 1944, a cargo de la temible Dirección General de Seguridad, nació con el propósito de controlar al conjunto de la población española.
Algunos de los archivos de la represión no se conservan en la actualidad. Este fue el caso del archivo del Servicio de Información e investigación de Falange que en 1940 contaba con más de 5.000.000 de fichas que referenciaban a 3.000.000 expedientes informativos sobre personas. Fue quemado durante la Transición. Otros se conservaron, no sin haber sido previamente revisados y purgados, como son el de la Brigada Político Social de la Dirección General de Seguridad y el de la Guardia Civil. Entre ambos tienen 255.000 expedientes que se conservan en el Archivo Histórico Nacional y el Archivo General de la Administración.
JER