Informe del Encargado de Negocios Paraguayo en Madrid sobre el Asilo diplomático
Creator: Angulo Jovellanos, Jesús B.
Date Created: 1937-12-15
Extent: 1 item
40.4167, -3.70358
A pesar de que Paraguay no rompió relaciones diplomáticas con la España republicana en ningún momento de la guerra, sus representantes diplomáticos en Madrid utilizaron las dependencias y pisos de la Legación paraguaya en la capital de España para proteger durante todo el periodo que duró la contienda a más de trescientos españoles y españolas afines a los sublevados. Según un informe de diciembre de 1937 del propio Encargado de Negocios paraguayo en Madrid, Jesús B. Angulo Jovellanos, estas tareas de asilo constituyeron una “actuación lucidísima” de la legación paraguaya. Jovellanos afirmó a su Canciller (Ministro de Exteriores) que la razón principal para justificar esta actitud de la diplomacia paraguaya en España fue “sustentar los principios tradicionales del derecho de asilo”.
Esto no significa que el representante paraguayo actuara únicamente para cumplir el derecho internacional sobre asilo, como parte de un ejercicio diplomático humanitario, sin que tuviera simpatías por uno u otro bando contendiente en la guerra española. De hecho, en el capítulo I del informe que envió Angulo Jovellanos al Ministerio de Relaciones Exteriores en Asunción, el Encargado de Negocios paraguayo menciona la respuesta del Gobierno republicano español ante la sublevación fascista sin hacer referencia alguna a dicha rebelión militar, como si la actuación del Gobierno republicano surgiera de la nada. Además, a juicio de Angulo Jovellanos, lo que estaba haciendo el Gobierno republicano en Madrid era calificado por él como “tamaña máquina de terror montada contra la población indefensa e impotente”.
Lo que ocurrió en Madrid durante los primeros meses de la guerra fue terriblemente duro, como lo fue en tantas otras partes de España en los territorios controlados por uno y otro bando. Sin embargo, que Angulo Jovellanos utilizara esas palabras, y el hecho de que omitiera la naturaleza fascista y militarista de la sublevación que dio lugar al inicio de la guerra, deja entrever una clara posición parcial ante el conflicto, o al menos poco observadora de la coyuntura en su conjunto.
De hecho, la Legación paraguaya engañó al Gobierno republicano español, porque entre las más de trescientas personas protegidas por los representantes diplomáticos paraguayos se ocultó la condición religiosa de algunos de los asilados. También disimuló Angulo Jovellanos en sus informes al Gobierno de Madrid que entre los asilados en sus dependencias se encontraba, entre otros casos, Enrique Miret Magdalena, que aparecía en las listas del movimiento eclesial Acción Católica y que había solicitado ingreso a la Compañía de Jesús, dos condiciones que hubieran obligado a la Legación paraguaya a dar parte de ello al Gobierno legítimo español.
ETB