Jorge Boleas
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Me llamo Jorge Boleas Gutiérrez. En enero de 1979, cuando yo sólo tenía 8 meses, mi abuelo y otros vecinos de Andosilla (Navarra) viajaron a Sengáriz, cerca de Pamplona. Estaban allí para recuperar los restos de mi bisabuelo, Ceferino Azcona Medrano, y de otras siete personas de nuestro pueblo. Esta foto, en que se ve a mi abuelo, Amado Boleas, fue tomada durante ese tiempo.
La fosa Sengáriz 1, situada en el "Campo de los Muertos" de Mezkita, albergaba los restos de 28 víctimas estimadas. A finales de 1936, varios vecinos de Cáseda fueron ejecutados allí. El 1 de diciembre, ocho vecinos de Andosilla, entre ellos mi bisabuelo, fueron traídos de la cárcel de Pamplona y ejecutados. Días después hubo más ejecuciones. Los presos a menudo tenían que cavar sus propias tumbas antes de ser fusilados.
En la década de 1970, iniciativas locales y municipales llevaron a la exhumación de muchas fosas de la zona. En enero de 1979, Andosilla trasladó los restos de sus habitantes a un panteón recién inaugurado el 18 de febrero. Ese mismo año se celebraron conmemoraciones similares en Cárcar y Cáseda. Se trata de un conmovedor recuerdo de nuestro pasado y de los sacrificios realizados por nuestros antepasados.