Visita de Lluís Companys y Manuel Azaña a diversas industrias de guerra
Repository: Arxiu Fotogràfic de Barcelona
Creator: Pérez de Rozas, Carlos
Source:
Source: Arxiu Fotogràfic de Barcelona bcn006314, http://afb.accon.com/afb/ficha.asp?id=6322&type=1
Date Created: 1937-01-29
Type: Photograph
Extent: 1 item
Ante la realidad de la situación de guerra que siguió el fracaso del golpe del 18 y 19 de julio, el Gobierno de la República decidió convertir buena parte de la industria que había quedado bajo su control en industria de guerra. Este esfuerzo fue especialmente importante en Cataluña, una de las zonas del estado más industrializadas. En pocos meses aquella reconversión empezaba a dar sus primeros frutos. Ante la producción del primer armamento las autoridades republicanas aprovecharon la ocasión para mostrar a la sociedad, y al mismo tiempo al mundo, los avances de aquella industria. En la imagen Lluís Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña y Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española, pasan revista a varios carros de combate producto de las industrias de guerra catalanas.
El 7 de agosto de 1936 un decreto de la Generalidad de Cataluña creaba la Comisión de Industrias de Guerra (CIG), dirigida por Josep Tarradellas, el consejero de Economía, con el objetivo de coordinar la producción de empresas, especialmente metalúrgicas y químicas, las cuales se deberían encargar de la fabricación del material de guerra.
La CIG se organizaba de la siguiente forma: la estructura interna de la Comisión contaba con personal funcionario de la Generalidad de Cataluña, y en cada industria siguieron funcionando los Comités Obreros de Control, además, era asignado un delegado Interventor para cada empresa colectivizada reconvertida para industria de guerra. La Comisión utilizó la capacidad técnica y productiva de empresas como la CROS, La Maquinista Terrestre y Marítima, La Hispano Suiza, Pirelli, Rivière, Elizalde, entre otras, para sacar adelante aquel proyecto. En octubre de 1936 la Comisión ya controlaba unas quinientas fábricas, en las que trabajaban 50.000 obreros, además de 30.000 empleados en empresas auxiliares.
Cataluña no tenía experiencia en este campo y tuvo que adaptarse aquel contexto bélico, con resultados suficientemente satisfactorios. Se fabricaron equipos militares, fusiles, ametralladoras, explosivos, espoletas, detonadores, balas, bombas, productos químicos, etc. Empresas que hasta aquel momento producían colorantes se transformaron en fábrica de explosivos; fábricas de motores de automóviles se pusieron a construir aviones; talleres mecánicos armaban y transformaban los automóviles en vehículos blindados, etc.
Con el paso del tiempo, y vinculado a la evolución de la guerra, las tensiones entre la Generalidad de Cataluña y el Gobierno de la República por el control directo de la industria de guerra perjudicaron aquel proyecto. Finalmente, las industrias de guerra de Cataluña fueron expropiadas el 11 de agosto de 1938, siendo transferidas al Gobierno central de la República.
ODI