El Ejército Popular de Cataluña
Repository: Archivo familiar Pérez de Rozas
Creator: Pérez de Rozas, Carlos
Date Created: 1937-01-07
Type: Photograph
Extent: 1 item
41.38289, 2.17743
La sublevación militar provocó que la mayoría del ejército regular quedase alineado con los sublevados. El Gobierno de la República, como respuesta, disolvió el ejército. Y afrontó las primeras semanas de combate con unos pocos militares republicanos y, sobre todo, con un modelo de columnas y milicias de partidos y sindicatos que, integrados por voluntarios y sin negar su valentía e implicación, distaban de un modelo profesional tanto en el conocimiento de las artes militares como en la disponibilidad de recursos armamentísticos. Estas columnas y milicias se desplazaron desde Cataluña sobre todo a Mallorca e Ibiza y a la región vecina de Aragón. En el primer caso fracasaron estrepitosamente. Y en el segundo consiguieron estabilizar el frente, pero no generar una ofensiva.
Los 40.000 voluntarios catalanes que se habían desplazado al frente empezaron a ser víctimas del cansancio y desánimo, especialmente a partir de noviembre de 1936. Pero, además, la ineficiencia bélica de este modelo forzó a las autoridades republicanas a apostar por un modelo profesionalizado. El Gobierno de la República se decantó por la creación de un nuevo ejército profesional, instruido en el conocimiento militar y con una estructura que pudiera hacer frente de forma efectiva a su adversario. El Ejército Popular de la República nacía en octubre de 1936. El modelo pasaba por militarizar las columnas y milicias, establecer un sistema de quintas obligatorias y formar nuevos cuadros militares. Pero no fue bien recibido, ni asumido, por CNT, FAI y POUM, partidarios de continuar con el modelo de columnas y milicias.
Dentro de este marco, el Gobierno de la Generalitat diseñó la creación de un Ejército Popular de Cataluña a inicios de diciembre de 1936, integrado por 9 regimientos de infantería y 3 de artillería, con sus correspondientes grupos auxiliares, cuya composición sería resultado de las levas de 1934 y 1935. No obstante, esas dos quintas no consiguieron reclutarse, debido al boicot sistemático de la mayor parte de los llamados a filas. El Ejército Popular de Cataluña, por lo tanto, no pudo llevarse a cabo. Pero sí fue un éxito la creación de la Escuela Popular de Instructores de Guerra, que llevó a cabo la instrucción de 1.885 brigadas y alféreces, muchos de los cuales acabaron ascendidos a teniente o capitán. En la foto, se los ve en el patio central de la Escuela Popular de Guerra el 7 de enero de 1937. Su formación fue eficiente y se convirtió en un modelo que se reprodujo en otras partes del territorio republicano.
Las tensiones entre partidarios y detractores del Ejército Popular de la República quedaron resueltas tras los Sucesos de Mayo de 1937, cuando el sistema de milicias y columnas fue absorbido por el Ejército de la República, no sin oposición de CNT, FAI y POUM. A partir de este momento, el ejército republicano quedó integrado por quintas y con escasa presencia de voluntarios. La contribución catalana al Ejército Popular de la República puede estimarse en aproximadamente un 25% del total de sus miembros a mediados de 1937, es decir, unos 130.00 efectivos; así como aproximadamente un 35% a mediados de 1938, unos 230.000 efectivos. Las muertes de soldados catalanes en el Ejército Popular de la República se situaron aproximadamente en un total de unos 38.000 casos.
JPF