Sierra de Teruel (Espoir)

Ésta es la última secuencia de la película Sierra de Teruel. Fue dirigida por el escritor francés André Malraux en España durante los últimos meses de la guerra civil que asoló el país, desde agosto de 1938 a junio de 1939, en que se terminó de rodar en Francia, con la guerra ya perdida. Con la voluntad de expresar la falta de suministros que provocaba la No Intervención, el heroísmo de los voluntarios internacionales y la solidaridad de todo el pueblo, Malraux recoge los recuerdos de su experiencia como comandante de una escuadrilla aérea que él mismo organizó al inicio de la contienda y que ya había reflejado en su novela L´Espoir (1937).  

Fue rodada con múltiples dificultades, desde la escasez de película y material, hasta los bombardeos que obligaban a revelarla en Francia. Contó con un estrecho colaborador en la figura del escritor español Max Aub, actores profesionales y gente del pueblo como extras, así como con un buen equipo técnico, francés y belga y la música hecha para la ocasión por el compositor francés Darius Milhaud. 

El montaje final se hizo en París con solo veintiocho de las treinta y nueve secuencias previstas, lo que en algunos momentos puede dificultar el seguimiento de la trama. Durante la guerra mundial, los ocupantes alemanes ordenaron la destrucción de todas las copias existentes, salvándose una en Francia y otra, la que ahora proponemos, que se guardó en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Entre ambas hay alguna leve diferencia que no afecta al contenido global. 

En la secuencia que presentamos, la última de la película, se resume el mensaje de Malraux sin sesgos ideológicos y con un gran dramatismo expresivo, que recuerda el realismo del cine de Eisenstein, con quien el autor francés tuvo relación. Fue rodada en octubre de 1938 en el pueblo de Collbató (Barcelona-España) y en la cercana montaña de Montserrat, contando, como extras, con la colaboración de 2.500 soldados republicanos que aún no habían recibido la formación necesaria para ir al frente de batalla. Cabe mencionar que incluye en su transcurso una secuencia no prevista en el guion, rodada en interior, en el que un viejo, a la pregunta de qué se puede hacer por un muerto responde: ¡Darle las gracias! Incorporada con la guerra ya terminada, puede considerarse un epitafio: Se había perdido la guerra, pero los valores expresados en Sierra de Teruel seguían vigentes.