Receta de «bollos de maíz»
Creator: Archivo etnográfico de Terque. Recetas de cocina
Date Created: 1939-07-14
Extent: 1 item
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Esta receta de “bollos de maíz” fue manuscrita en julio de 1939, apenas unos meses después del final de la guerra civil.
Aunque las recetas han sido percibidas a menudo como documentos despolitizados e inocuos, reflejan bien el contexto sociocultural en que fueron creadas. Además, estos documentos eminentemente femeninos nos hablan de la vida cotidiana de las mujeres que los crearon. Pero también de la clase social pudiente a que pertenecían estas mujeres que sabían leer y escribir en unos años en los que las tasas de analfabetismo entre ellas eran escandalosamente altas. Las autoras de estas recetas contaban también con cocinas más o menos equipadas en sus hogares, tenían acceso a papel y tinta, disponían del tiempo necesario para poner por escrito sus preparaciones culinarias y encontraban de utilidad hacerlo. En el caso de las mujeres de clase baja la transmisión de las recetas de cocina se producía de forma oral, pues eran iletradas en su mayoría.
Otro indicador de la posición socioeconómica de las autoras de estos particulares documentos es el tipo de elaboraciones que recogieron. No se trataba de recetas de subsistencia como las que preparaban las clases bajas, sino de recetas caras y altamente nutritivas. Muchas incluían ingredientes prohibitivos y considerados de lujo en la época. No obstante, incluso en recetas de rico como esta pueden rastrearse huellas del contexto de miseria en que fueron escritas.
La fecha de esta se corresponde con el comienzo de los “años del hambre” (1939-1952), que trajeron cambios sustanciales a la dieta de las clases populares, que se vieron obligadas a preparar recetas de pobre para lidiar con la privación que supuso la economía autárquica del primer franquismo. Muchos hombres y mujeres de a pie de regiones especialmente azotadas por el hambre como Andalucía o Extremadura acabaron ensanchando los límites de lo comestible y consumiendo cardos, hierbas del campo o animales domésticos que quedaban fuera de lo culturalmente aceptable.
Recetas como la de la fotografía muestran que, incluso en aquel periodo, hubo quienes siguieron cocinando sus preparaciones de siempre. Muchos continuaron elaborando dulces como estos “bollos de maíz” para los que se necesitaban harina de maíz, aceite, azúcar y huevos, todos ellos en cantidades generosas. Se trataba de ingredientes muy difíciles de conseguir a través del racionamiento, la vía oficial para proveerse de estos artículos. Por tanto, la forma más plausible de hacerse con estos productos pasaba por el mercado negro, donde alcanzaban precios muy elevados. De ahí que muchas mujeres se vieran obligadas a sustituir los ingredientes que venían utilizando en sus recetas o directamente a prescindir de ellos, como ocurría con las tortillas sin huevo que se popularizaron en aquellos años. No obstante, el “si es posible” que escribió esta mujer en referencia al uso de almendras molidas en los “bollos de maíz” remite al periodo de escasez que se vivía. Incluso esta mujer pudiente era consciente de que no resultaría sencillo dar con estos frutos.
GRR