Los campos de concentración de Franco
Creator: Hernández de Miguel, Carlos
Source:
https://www.loscamposdeconcentraciondefranco.es/index.php
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Entre 1936 y 1947 hubo en España 303 campos de concentración por los que pasaron más de 750.000 prisioneros. En su mayor parte eran prisioneros de guerra, pero también hubo un porcentaje destacado de civiles no combatientes. Miles de ellos perecieron fusilados, apaleados, enfermos, torturados, exhaustos o víctimas de la escasa alimentación. El sistema concentracionario creció y se desarrolló con independencia de otros instrumentos represivos franquistas, como las cárceles y las unidades de trabajos forzados dependientes del Patronato de Redención de Penas.
El primer campo de concentración abrió sus puertas unas horas después del inicio de la sublevación en Zeluán, cerca de Melilla. A partir de ese momento se crearon recintos similares en las regiones que caían en poder del ejército rebelde. En 1937 Franco decidió centralizar el control de todos los campos en una única institución que dependía directamente de él: la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros (ICCP). Con ello pretendía optimizar la explotación de los prisioneros como mano de obra esclava.
Desde ese momento se aceleró la creación de Batallones de Trabajadores. Estas unidades de prisioneros se constituían en los campos de concentración y eran enviadas allí donde se necesitaba cavar trincheras, reconstruir infraestructuras o pueblos, realizar tareas agrícolas y cualquier otro tipo de labor. El final de la guerra provocó el cierre de la mayoría de los campos. Sin embargo, decenas de ellos y centenares de Batallones de Trabajadores continuaron operativos durante casi una década más.
Los principales objetivos de los campos de concentración franquistas fueron:
- Clasificar a los prisioneros: Franco no quería que fueran puestos en libertad sin haber sido investigados y, en su caso, depurados.
- Explotación laboral: generalmente mediante los Batallones de Trabajadores.
- Confinamiento y castigo: los prisioneros debían pagar con su dolor el haberse opuesto al golpe de Estado.
- Reeducación: el objetivo era que aceptasen al nuevo régimen y doblegarles ideológica y religiosamente. Para ello se les obligaba a asistir a misa, “charlas patrióticas” y participar en la parafernalia franquista (saludo a la romana, cantar himnos como el Cara al sol, etc.)
- Asesinatos selectivos, que algunos autores han calificado como una intención de exterminio: que se centró en aquellos prisioneros que eran identificados como cargos o elementos destacados de las organizaciones republicanas y de su ejército, o que habían desplegado conductas consideradas como criminales por los vencedores. En muchos casos fueron asesinados en el propio campo o “paseados” por grupos de falangistas.
CHM