A la Emigración Republicana Española
La Guerra Civil española acabó con otra guerra civil entre los republicanos en marzo de 1939. Esta herida llevaría décadas en cerrarse y partió en varias facciones al exilio. Básicamente, la división entre los refugiados se produjo entre comunistas, algunos republicanos y socialistas seguidores del primer ministro Juan Negrín, por un lado, y, por otro, socialistas seguidores de Indalecio Prieto y otros de Largo Caballero, más republicanos y anarquistas. Más tarde, los comunistas, después de apoyar en acuerdo entre Hitler y Stalin en agosto, se quedarían aislados. Los nacionalistas vascos y catalanes seguirían su propio camino colaborando de forma intermitente con otros republicanos españoles.
La ruptura formal de la unidad republicana fue la disolución, a propuesta de Prieto, por parte de la Diputación Permanente de las Cortes en París el 27 de julio de 1939 del Gobierno de Negrín. Este no aceptó la decisión, que era de dudosa constitucionalidad. Días después la Diputación de las Cortes fundaba la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), que rivalizaba con el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) establecido con anterioridad, en febrero de 1939, por la República aún entonces bajo el liderazgo de Negrín. El SERE sería repetidamente acusado de favorecer a comunistas y negrinistas.
El SERE tenía su sede en Paris y una oficina en México. Fue continuamente hostigado por las autoridades francesas y cerró sus puestas formalmente en mayo de 1940. Pero, mientras tanto, los principales activos que debían nutrir el apoyo al exilio ya habían caído casi por casualidad en manos del JARE de Prieto, quien se afincó en México.
Los fondos del JARE provenían del cargamento que desembarcó en Veracruz en marzo de 1939 el yate Vita, fletado por la República para poner a salvo los fondos de la Caja de Reparación. Este era un organismo fundado durante la guerra para administrar los bienes incautados a los partidarios de la sublevación militar. Los fondos transportados a México incluían joyas, monedas y divisas. Los historiadores no se han puesto de acuerdo en el valor del cargamento del Vita (las cifras oscilan entre 40 y unos muy improbables 300 millones de dólares) pero sí en que su venta apenas rindió entre 8 y 10 millones.
El control de los fondos del Vita por parte de Prieto y sus aliados agudizó aún más las divisiones entre los republicanos. Las acusaciones cruzadas entre los exiliados sobre el favoritismo, corrupción y sectarismo en su uso fueron muy amargas, como demuestra este manifiesto de denuncia, “por haberse apropiado de los fondos del exilio a través de la JARE”, hecho público en Nueva York en setiembre de 1940 por un grupo de juristas españoles.