La Nueve
Source:
Archivo Histórico del Partido Comunista de España
Date Created: 1944-08
Type: Photograph
Extent: 1 item
48.85889, 2.32004
El 25 de agosto de 1944, pocas horas después de la liberación de París, Charles de Gaulle declaró que París había sido “liberada por su propio pueblo, con la ayuda de las tropas francesas y el apoyo y asistencia de Francia en su conjunto, una Francia combatiente: la única Francia, la verdadera Francia, la eterna Francia”. El país aún no se había liberado completamente y De Gaulle ya sembró las semillas de la narrativa predominante de posguerra, que postulaba que Vichy había sido una anomalía, en el mejor de los casos, un epifenómeno. Ese enfoque, que pretendía reunir a los franceses, excluyó automáticamente a las muchas tropas coloniales y no francesas que habían participado en el esfuerzo bélico. Esto explica en parte la escasez de documentos sobre la presencia española en París en agosto de 1944. Por ejemplo, el número del 25 de agosto de Libération llegó incluso a cambiar el nombre del tanque semioruga Guadalajara Nº2 (que aparece aquí) a “Romilly”.
Los españoles representaban una gran proporción de las tropas no francesas de la 2.ª División Blindada. Muchos de ellos habían abandonado la Legión Extranjera después del desembarco aliado en el norte de África para unirse a la 2.ª División Blindada del general Philippe Leclerc. Leclerc (“el Patrón”) era consciente de que muchos de esos hombres habían entrado en acción durante la Guerra Civil y ayudarían a compensar la pérdida de algunas de sus tropas africanas, después de que el Alto Mando Aliado hubiera insistido en que la unidad fuera “blanqueada”. Entre los aproximadamente 700 españoles que se unieron a la división, 186 formaban parte de la transnacional 9ª Compañía (La Nueve) comandada por el capitán francés Raymond Dronne, asistido por Amado Granell, que había liderado una brigada durante la Guerra Civil Española.
En 1944, la 2.ª División Blindada fue trasladada a Gran Bretaña y desembarcó en Normandía el 4 de agosto. En el camino a París, La Nueve entró en acción mientras cruzaba la pequeña pero estratégica ciudad de Écouché. Unos días después, la compañía formó el grueso de la vanguardia que entró en la capital durante una insurrección encabezada por la resistencia francesa. En particular, Amado Granell y sus hombres ofrecieron un apoyo fundamental a los insurgentes atacando varios puntos clave en el eje Campos Elíseos-rue de Rivoli. La Nueve luchó hasta el final de la guerra, participando en la captura del Nido del Águila de Hitler, cerca de Berchtesgaden. Por entonces, sólo dieciséis soldados españoles seguían activos en la compañía.
Como lo demuestran las imágenes del desfile del 26 de agosto y otros archivos visuales, el legado de la Guerra Civil estuvo siempre presente en las filas de La Nueve. Este recuerdo perduró en los nombres dados a algunos de los vehículos blindados, por ejemplo, “Guadalajara”, “Brunete”, “Madrid”, “Guernica”, “Belchite”. Sin embargo, no fue hasta finales de los años setenta y principios de los ochenta que la narrativa franco-francesa de la liberación comenzó a modificarse y se reconoció ampliamente la contribución de las tropas españolas –así como de las coloniales y otras extranjeras– en la lucha contra el nazismo.
AB-V