Xavier Molas Capdevila
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Me llamo Xavier Molas Capdevila, Nieto de Esteban Molas Torredemer. Lo que voy a contar es en homenaje a mi Abuelo Esteban.
Nací en el año 1953 en Barcelona pero me crie en un pequeño pueblo de pescadores y agricultores llamado Salou en la Provincia de Tarragona (España). Mi familia vivía de la cría de pollos y gallinas junto con la agricultura. Puedo decir que mi infancia y mi juventud fue maravillosa. Vivía en un mundo apasionante en una finca llena de encanto invadida por numerosos animales salvajes (pájaros, zorros, conejos, jabalís, etc.) junto a los domésticos (caballos, perros, gatos, etc.).
Pero una de las partes más importantes de esa época fue el vivir junto a mi Abuelo.
Recuerdo que en las frías tardes/noches de invierno encendíamos el hogar mi abuelo y yo, era la única forma de calentarnos en ese momento, yo me sentaba en el suelo él en su butaca y allí empezaba la magia.
Solía contar preciosas historias casi mágicas para mí: de su infancia, su juventud en su pueblo Vilaseca, cerca de Salou y luego ya de mayor en Barcelona donde consiguió su gran éxito profesional y su ruina, cómo tuvo que huir a Francia en donde fue hecho prisionero por los nazis y condenado a un campo de trabajo en Lorient, un pueblo de la costa occidental de Francia. Allí le llegó su ruina como ser humano. Me contaba cómo llegaban, creo recordar, trenes cargados de seres humanos que eran tratados peor que basura, separadas las familias, los útiles para el trabajo forzado y el resto enviados a los campos de exterminio. Nunca lo superó. Recuerdo que cuando lo contaba siempre le brillaban unas lágrimas en sus mejillas.
Yo no entendía nada. Hoy recuerdo muchas de sus palabras y sigo sin comprender hasta dónde puede llegar la crueldad de algunos hombres.
Murió con ochenta y cinco años, aunque parecía tener muchos más.
Siempre recordaré aquel hombre, y los años que compartí mi vida con él.
Un abrazo Abuelo.