Chabolas del barrio Uretamendi de Bilbao. Ca. 1959
Repository: Bilboko Udal Artxiboa - Archivo Municipal de Bilbao: Ayuntamiento de Bilbao
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Source: Bilboko Udal Artxiboa - Archivo Municipal de Bilbao: Ayuntamiento de Bilbao, 732338. 01_002756
Date Created: 1959
Extent: 1 item
43.24802, -2.94949
El País Vasco ha sido, hasta tiempos relativamente recientes, tierra de emigración. Muchos de sus naturales se veían obligados a emigrar, a ciudades o a las colonias u otros territorios del reino, debido a la pobreza de recursos del país. Sin embargo, desde el último cuarto del siglo XIX este proceso se invirtió. Es decir, el País Vasco, y sobre todo Bizkaia y Gipuzkoa ya no fueron emisores de población sino todo lo contrario, incorporaron un creciente volumen de inmigrantes.
Esta nueva situación impactó seriamente en diferentes aspectos, pero el más llamativo fue la creciente demanda de vivienda. Unas ciudades y pueblos pequeños, con unos entornos propiamente urbanos igualmente pequeños se vieron, casi de la noche a la mañana, rodeados de minas, fábricas y talleres, en donde trabajaban miles de obreros que necesitaban viviendas para ellos y sus familias. Hasta la Guerra Civil, esta situación se solucionó parcialmente con una mayor densidad de población y un proceso de crecimiento de la urbanización en los entornos de esas fábricas y talleres. De hecho, muchas empresas construyeron viviendas para sus obreros.
Pero desde fines de los años cuarenta y ya de forma clara en los años cincuenta, la situación se desbordó con claridad. Bizkaia tuvo un incremento de 185.195 habitantes en una década, entre 1950 y 1960; un incremento del 32%. No sólo Bilbao, sino las grandes ciudades españolas, como Madrid o Barcelona, se vieron rodeadas de un cinturón de barrios de chabolas (no por casualidad término procedente del euskera, txabola: caseta, choza).
El fuerte crecimiento demográfico del entorno de Bilbao provocó que el parque de viviendas, aunque en crecimiento, fuera claramente insuficiente. La opción de los inmigrantes sin vivienda era construirla por sí mismos, con materiales inicialmente de fortuna, y de la noche a la mañana, pero que en poco tiempo se organizaron como barrios con viviendas sencillas, con materiales cada vez más solidos.
El problema de estas txabolas en el caso concreto de Bilbao, se derivaba de su orografía. Así como en Madrid, por ejemplo, al ser una ciudad llana estos barrios no se veían, en el caso bilbaíno se apreciaban claramente en las faldas de los montes cercanos: Banderas, Peñascal, Monte Caramelo, Uretamendi, … En el año 1955 ya contabilizaron un total de 842 chabolas en Bilbao. En 1961 eran casi 5.000.
La solución aplicada desde el Gobierno de Franco fue iniciar programas de viviendas para eliminar estas chabolas. Uno de los casos más conocidos fue la configuración de un nuevo barrio, el "Poblado Dirigido de Ocharcoaga", con el que se pretendió eliminar de un plumazo el problema. Se construyó entre mayo de 1960 y junio de 1961 un barrio con 3.600 viviendas y se desalojaron barrios completos de chabolas, no todas en la periferia, puesto que incluso las hubo en una zona portuaria degradada, aneja al centro de la ciudad, en el solar que ocupa en la actualidad el Museo Guggenheim Bilbao. Estas nuevas viviendas fueron más una respuesta propagandística a un problema de imagen, que la solución a un problema de vivienda.
EAO/UB/MJV