Carlos Saavedra Lamas
Repository: Nobel Foundation Archive
Source:
Source: Public domain, via Wikimedia Commons
Date Created: 1936
Type: Fotografias
Extent: 1 item
Geographic Region: Oslo, Norway
59.91333, 10.73897
Frente a lo que denominaría “el largo proceso de la revolución española”, el gobierno conservador presidido por el general Agustín Justo y su sucesor Roberto Ortiz adoptaron el criterio jurídico de mantener relaciones diplomáticas con el gobierno de la II República mientras éste prevaleciera en el territorio español. A fines de julio, descartada que se trataba de una asonada militar más, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto Carlos Saavedra Lamas, en la fotografía, informó que la actitud oficial sería la de prescindencia frente a un estado de insurrección, y sólo podría hablarse de neutralidad si se llegase a reconocer la beligerancia de ambas partes. Sin embargo, durante toda la guerra se toleró el accionar propagandístico y político de un representante oficioso de la Junta de Burgos.
Dentro de la Sociedad de las Naciones en Ginebra, el gobierno argentino se abstuvo cuando se comenzó a discutir allí la retirada de los combatientes voluntarios en España, así como eludió formar parte del Comité de no intervención en el conflicto español instalado en Londres. El encuentro personal entre Saavedra Lamas, que presidió en Ginebra la Asamblea de la entidad internacional en septiembre de 1936 y semanas después recibiría el premio Nobel de la Paz, y el ministro de Estado Julio Álvarez del Vayo, para tratar la liberación de los asilados y refugiados protegidos por la Argentina, condujo a un tácito compromiso: el gobierno de Buenos Aires seguiría a su par republicano en sus distintos desplazamientos. Así, en marzo de 1937 la embajada argentina se instaló en Valencia, acompañamiento que se repetiría cuando en octubre el presidente Juan Negrín decretó el traslado a Barcelona. Desestimadas iniciativas de mediación conjunta interamericana en los conflictos europeos, Argentina prefirió un accionar humanitario concreto que le permitió ejercer reclamos para proteger la vida de españoles e hispano-argentinos que eran perseguidos, una discreta participación en canjes de prisioneros, a la par que donó carne congelada para los hospitales del Madrid sitiado.
Ya durante el mandato de Ortiz, el gobierno se manifestó sin éxito por alguna fórmula que permitiera una solución política en España, que incluyera una paz negociada, a la par que restringió las actividades de la Falange en Argentina y concedió el placet al nuevo embajador republicano Ángel Ossorio y Gallardo. El acto de acreditación en la Casa Rosada en julio de 1938 fue acompañado por una multitud que vitoreaba a la República Española en la Plaza de Mayo, a la que Ortiz saludó desde sus balcones.
Cuando cayó Barcelona y toda la frontera española fue cubierta por las fuerzas franquistas, con el renunciante presidente Manuel Azaña en Francia, tras un intercambio de opiniones con los gobiernos británico y francés, el 25 de febrero de 1939 Argentina estimó suspendidas las relaciones con la II República. Al día siguiente procedió al reconocimiento del gobierno de Burgos.
BF