Las "mamás belgas"
Repository: AMSAB-ISH
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Fuente
AMSAB-ISH, https://opac.amsab.be/Record/fo016828, Gante (Bélgica).
Fecha del recurso
1936-1939
Date Created: 1936, 1939
Type: Photograph
Extent: 1 item
Desde finales de 1937 y gracias al compromiso internacionalista del socialismo, canalizado financieramente a través del Fondo de Solidaridad Internacional, la República pudo contar con un hospital militar que se ubicó en un antiguo convento de la localidad valenciana de Ontinyent. Conocido popularmente como “El Belga”, dado el compromiso con el proyecto del Partido Obrero Belga (POB), devino un símbolo de la acción solidaria internacional para con la República en guerra.
La dotación del hospital, tanto en medios materiales como humanos, se aseguró a través de campañas solidarias y del esfuerzo voluntario. En este sentido destaca la historia de las popularmente conocidas, todavía hoy, como las “mamás belgas”. Se trató de un grupo de enfermeras y auxiliares de enfermería que sirvieron en el hospital como voluntarias. Viajaron a Ontinyent desde la ciudad de Amberes. Belgas en su mayoría muchas tenían, sin embargo, orígenes centroeuropeos pues pertenecían a familias que habían emigrado a Bélgica desde países como Polonia durante la década de 1920.
Este grupo de enfermeras no era el único de origen extranjero que sirvió en el hospital. Las había también de países como Cuba o Países Bajos. Pero las “mamás belgas” destacaron, además de por el celo que ponían en su trabajo, por su compromiso político con el comunismo. Una situación que generó polémica en un proyecto fruto del esfuerzo del internacionalismo socialista. De hecho, el día a día del hospital reflejó una de las dinámicas políticas que se dieron en el seno del movimiento de colaboración con la República a lo largo de toda la guerra, la competencia ideológica entre socialistas y comunistas.
En el caso belga este tema fue objeto de debate en el órgano director del POB el 8 de febrero de 1937. En la discusión planteada se percibió la preocupación por el hecho de que los comunistas, a raíz de su actitud en la guerra de España, le estaban ganando terreno a la izquierda socialista. Se insistió en que el partido debía designar un comisario político que ejerciese funciones en España. Se argumentó la petición insistiendo en que una gran cantidad de flamencos que habían viajado a combatir como voluntarios habían sido acogidos y “trabajados” por los comunistas, lo que hacía que, a su regreso, fuesen elementos perdidos para la causa socialista.
A este “trabajo” político, que preocupaba en el seno del POB, contribuyó en “El Belga” la célula comunista que constituyeron las mamás belgas. A través de la organización de debates y discusiones y, sobre todo, de un compromiso sólido con la difusión del ideal comunista, esta célula alimentó una competencia ideológica que desembocó, incluso, en acusaciones de espionaje.
JVV